miércoles, 10 de noviembre de 2010

Manejo de contaminantes biologicos y quimicos

Como riesgos químicos se deben entender todos aquellos riesgos tanto para la seguridad como para la salud de los trabajadores, debidos a la fabricación, utilización, manipulación y presencia de substancias químicas, ya sea en estado más o menos puro, o formando mezclas, como preparados químicos, y en general, todo material o agente de naturaleza química.
En el campo de trabajo, son numerosas las empresas en las que los componentes químicos intervienen de una u otra forma; de ahí la importancia que la prevención sobre su uso comporta. Esta problemática se extiende a dos campos. Por un lado, el de la comercialización de productos químicos, y por otro, el problema que genera la presencia de contaminantes químicos en el lugar de trabajo, en cualquiera de los aspectos de la actividad laboral. Esto abre un gran abanico de posibilidades en los sectores de producción, almacenamiento, manipulación, exposición, etc...
Un capítulo aparte, pero que no se puede obviar, es el manejo de contaminantes químicos en el transporte, que sería competencia del transporte de materias peligrosas por carretera, lo que en ámbitos de Protección Civil se estudia bajo el epígrafe de T.P.C. Los contaminantes, penetran en los organismos por distintas vías:
o VIA CUTÁNEA. Es importante en todas aquellas personas que manejan disolventes orgánicos principalmente.
o VIA RESPIRATORIA. La más importante desde el punto de vista de la higiene laboral. Incluye nariz, boca, laringe, tráquea y bronquios. Los valores teóricos de referencia que se encuentran en los libros especializados para los distintos contaminantes químicos, se suelen referir a esta vía.
o VIA DIGESTIVA. La forma el aparato digestivo. Es importante en los manipuladores de plomo. En el C.N.P. destacarían como unidades de riesgo por esta vía, los tiradores selectos, unidades de elite (G.O.E.S.) e instructores de tiro. También, los servicios de imprenta, por el manejo de planchas.
o VIA PARENTERAL. Se puede producir una contaminación cuando existe una solución de continuidad, es decir, una herida en la piel, penetrando el contaminante al interior por ella. Es más importante en el caso de contaminantes biológicos. Una vez dentro, siguen los contaminantes varios pasos hasta que son eliminados (Esquema I).

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